El efecto magneto calórico ocurre cuando ciertas sustancias, normalmente aleaciones de tierras raras, son sometidas a un campo magnético, que las hace cambiar de forma, y luego al cesar la acción del campo, ellas vuelven la forma inicial disminuyendo su temperatura.
Las tierras raras incluyen materiales como el neodimio, el iridio y el boro con otros metales como el níquel, el manganeso y el indio.
Un sistema de refrigeración usando este efecto para la investigación ya se utiliza con porciones de materiales muy pequeños o incluso gases como el He, llegando a temperaturas tan bajas como 0,3º K.
En los días actuales (2018) el sistema todavía está siendo investigado para uso en refrigeradores comunes, pero choca en la complejidad de construcción que hace su fabricación todavía inviable.