La corriente eléctrica puede producir luz. Se trata, por lo tanto, de la conversión de energía eléctrica en energía radiante (ondas electromagnéticas de longitud de onda muy corta).
La cantidad de energía eléctrica que se convierte en luz, si el proceso ocurre por la presencia de una resistencia, puede ser calculada por la Ley de Joule.
Hay muchas formas de obtener luz a partir de la energía eléctrica. La más simple y más tradicional es calentando un filamento de tungsteno dentro de un bulbo del cual se haya retirado el aire. La ausencia de oxígeno es importante porque atacar el metal al calentar provocando su quema.
La luz también puede ser producida por la circulación de una corriente a través de un gas en condiciones especiales, como ocurre con las lámparas fluorescentes y electrónicas. En ellas, el gas se vuelve conductor por la aplicación de una alta tensión en un proceso denominado "ionización" con lo que pasa a emitir luz.
Otra forma de producir luz a partir de corriente se encuentra en dispositivos semiconductores como los LED (Diodos Emisores de Luz o Light Emmiting Diodes). Estos componentes poseen una unión de material semiconductor que, al ser recorrida por una corriente, emite luz.
Existen también procesos electroquímicos que generan electricidad y que ya están siendo usados en algunos dispositivos nuevos.