A mediados del siglo XIX George Boole, un matemático inglés desarrolló una teoría completamente diferente para la época y que se basaba en una serie de postulados y operaciones simples para resolver una infinidad de problemas. Sin embargo, si bien la álgebra de Boole, como se llamó, puede resolver problemas prácticos de control, fabricación de productos, instrumentación, etc., en la época no había electrónica y ni siquiera las máquinas eran avanzadas lo suficiente para utilizar sus principios. La álgebra de Boole llegó a ser importante con el advenimiento de la electrónica, específicamente de la electrónica digital que generó los modernos ordenadores, equipos digitales y de telecomunicaciones con los que estamos familiarizados. Boole establece en su teoría que sólo existen en el universo dos condiciones posibles o estados, para el análisis de cualquier situación y estos dos estados son opuestos. Así, una lámpara sólo puede estar encendida o apagada; un grifo sólo puede estar abierto o cerrado; una fuente sólo puede tener o no tener tensión en su salida; una pregunta sólo puede tener como respuesta verdadera o falsa (sí o no). De una manera sencilla que en la álgebra de Boole, las variables lógicas sólo pueden adquirir dos estados:
0 o 1
Verdadero o falso
Abierto o Cerrado
Alto o Bajo (HI o LO)
Encendido o apagado