No, contrariamente a lo que muchos ya están imaginando, no se trata de ninguna civilización alienígena tratando de comunicarse con nosotros, meros humanos. La información analizada en 2017 sobre las señales que ya estaban siendo monitoreadas desde 1977 por el Observatorio de Arecibo, utilizado en el proyecto SETI que ya hemos tratado en otros artículos de esta sección revelan realmente su origen.
A partir de 1977, señales extrañas captadas en el Observatorio de Arecibo (Puerto Rico), montado en el cráter de un volcán y trabajando en el proyecto SETI (Search of Extra Terrestrial Intelligence) y llamado Wow Signals, están siendo estudiados teniendo como posible origen un civilización extraterrestre.
Las señales provenientes de una enana roja llamada Ross 128 a 11 años de luz de nosotros, presentaban un extraño patrón que podría indicar que no serían aleatorios y por lo tanto no serían producidos por fenómenos naturales.
De hecho, esto despertó un gran interés por parte de los investigadores y ahora, finalmente, su origen ha sido aclarado. No. No es una señal artificial producida por la inteligencia alienígena, sino por nosotros mismos.
Usando telescopios adicionales de Green Bank y el Allen Telescope Array, observaron que debido a que la estrella Ross 128 está muy cerca del Ecuador celeste, las señales que estaba interfiriendo con los sistemas de transmisión de los satélites de comunicación en órbitas geoestacionarias.
Se encontró que las señales extrañas tenían patrones de frecuencia que coincidían con las frecuencias utilizadas por los satélites. Por supuesto, esta revelación no descarta la posibilidad de que “alguien esté enviando señales en la banda de frecuencias que conocemos” y la investigación debe continuar.