La idea de transmitir información a través de las distancias, usando hilos no es nueva, aunque algunas de ellas han sido bastante extrañas, dignas de chistes como la que relatamos. En 1789, Francisco Salva, colocó 22 pares de hilos interconectando dos ciudades distantes una de la otra de 50 km. La idea era transmitir mensajes a través de 22 símbolos diferentes, letras del alfabeto, por ejemplo, pero el modo en que la transmisión era hecha y recibida es muy interesante. En el transmisor se colocaba un generador de alta tensión, capaz de dar un buen choque en que tocara en él. En el receptor, cuando un mensaje iba a ser transmitido, se colocaban 22 "voluntarios" que sostenían los pares de hilo, cada uno correspondiendo a una letra del alfabeto o símbolo. El proceso de transmisión era simple. Deseando transmitir la letra "B", se tocaba con el generador de alta tensión en el par de corresponsal del transmisor e inmediatamente o infeliz correspondiente a la letra B llevaba un hermoso tranco debiendo gritar "B", lo que era anotado por un funcionario. Tocando en los hilos del transmisor, los choques eran producidos en el receptor y los infelices iban gritando las letras que eran anotadas! Funcionaba, pero ciertamente no era muy práctico. Se puede pensar que el inventor era de un cierto país que los brasileños acostumbran hacer bromas, pero no, estaba cerca: la invención era española.

 

 

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