En esta época (agosto de 2017) en la que estoy leyendo nuevamente una de las obras de Carl Sagan y cuando la misión especial Voyager hace 40 años, el tema "dificultad para hacerse contacto con una eventual civilización extraterrena" vuelve a la superficie. Algunos artículos en publicaciones internacionales están discutiendo el asunto y poniendo en discusión la validez de los proyectos SET y METI, de los cuales ya tratamos en otros artículos del sitio. En este artículo, vamos a hacer algunas consideraciones interesantes sobre el tema, siempre actualizadas.

   Uno de los grandes problemas que discutimos al pensar en usar medios conocidos del hombre para intentar contactos es el tiempo en que esto puede ocurrir.

 

Figura 1 - Trayectoria de la Voyager (ilustración de la NASA)
Figura 1 - Trayectoria de la Voyager (ilustración de la NASA)

 

    De hecho, partiendo de la suposición de que las leyes de la física, por lo constatado de nuestras observaciones, son válidas en todo el universo conocido, en algún tiempo de su evolución, una eventual civilización con criaturas de carbono o silicio deberán descubrir las olas de radio y aprender a usarlas en sistemas de comunicación.

   Sin embargo, las distancias en el espacio son gigantescas, y una simple señal de radio tarda 4 años para llegar a la estrella más cercana, más de 100 000 años para atravesar nuestra galaxia y más de un millón de años para llegar a la galaxia más cercana (a la galaxia más cercana) Andrómeda).

   Esto significa que si captamos una señal "inteligente" de la estrella más cercana que se habilita a albergar vida por los estudios, que es Tau Ceti, la señal salió de allí hace 9 años. Si enviamos una invitación a un contacto de la misma manera, él necesita 9 años para ir y 9 años para volver (si responden inmediatamente), es decir, sólo tendremos la respuesta después de 18 años ...

   Evidentemente no es una solución interesante utilizar este medio de comunicaciones.

   La otra forma explotada es simple hacer que sepan que existimos y eso es lo que apunta precisamente a Voyager.

   Esta nave lleva una placa "mostrando la existencia de vida inteligente" en el tercer planeta de nuestro sistema y dando algunas informaciones que puedan ser interpretadas, pues consisten en un lenguaje lógico capaz de ser decodificado por una inteligencia alienígena. En la figura 2 tenemos esta placa.

Figura 2 - Placa de la Voyager (Imagen de la NASA)
Figura 2 - Placa de la Voyager (Imagen de la NASA)

 

   Pero, ¿cuánto tiempo tardará para que alguien descubra esta placa y resuelva ponerse en contacto con nosotros?

   Otra forma de intentar entrar en contacto con otras civilizaciones es justamente la de no ser sólo pasivos, tratando de captar algo del espacio, como se hace con el proyecto SETI.

   Esta forma viene del proyecto METI (Messaging to ExtraTerrestrial Intelligence) que consiste en hacer "ruido" enviando señales, diciendo "¡Mire! ¡Estamos aqui! ¡En este planeta hay vida inteligente! ".

   La idea no es nueva. Viene del tiempo en que la posibilidad de vida fuera de la tierra fue alardeada por el descubrimiento de "canales" en Marte por el astrónomo Percival Lowell.

   En aquella época diversos medios de decir que en la tierra había vida se sugirieron cómo hacer un gigantesco triángulo en el Sahara, con dimensiones que siguieran el teorema de Pitágoras (mostrando así que sería artificial), proyectar imágenes con espejos o láser en Marte en la Luna y cosas similar.

    En fin, el problema todavía continúa. ¿Cómo hacer contacto?

    Si cada día descubrimos más estrellas con planetas semejantes a la tierra a su alrededor aumentando la posibilidad de albergar una vida inteligente, el modo en que haremos un contacto es aún problemático.

 

 

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