En nuestra sección de Electrónica paranormal colocamos diversos artículos sobre la Telepatía como algo que sólo estaría en la imaginación de investigadores, consistente en lo que denominamos un fenómeno más allá de lo normal, o Paranormal, motivo de suposiciones. Pues bien, al igual que ocurre con otros temas abordados apenas como del campo de la paranormalidad, éste también camina para ser algo perfectamente posible dentro de una tecnología consistente. Ver más en este artículo.

 

    En diversos artículos de nuestra sección de paranormalidad discutimos la eventual posibilidad de una comunicación cerebro a cerebro, la llamada
    En diversos artículos de nuestra sección de paranormalidad discutimos la eventual posibilidad de una comunicación cerebro a cerebro, la llamada "lectura del pensamiento" sugiriendo hasta experimentos y equipamientos para este propósito.

 

En los artículos sobre Telepatía y Telecinesia exploramos el asunto, indicando experimentos que fueron publicados hasta en libro nuestro con ediciones en Brasil y Estados Unidos. También exploramos el tema en otros, comentando algunos experimentos actuales.

 

Libro del autor publicado en los Estados Unidos.
Libro del autor publicado en los Estados Unidos.

 

 

   La discusión de que sería posible una comunicación cerebral a cerebro no es nueva y con los avances de la electrónica parece que eso, cada vez más, se está convirtiendo en una realidad.

   La utilización de recursos técnicos haría que el tema hasta entonces abordado de una forma exotérica, con una mezcla de creencias y supersticiones, pasara a formar parte de la ciencia, con sólidos fundamentos que podrían ser usados ??en una nueva tecnología.

   La idea de que las señales eléctricas son generadas por nuestro cerebro no es nueva. En 1924 el psiquiatra alemán Hans Berger registró por primera vez señales eléctricas del cerebro de un joven de 17 años durante una operación, identificando lo que posteriormente denominó ondas alfa y beta (ver nuestro artículo sobre Ritmo Alfa y Biofeedback).

  En 1970 el ingeniero belga llamado Jacques Vidal sugirió que las señales eléctricas se podrían utilizar para aplicaciones además del uso médico. En 1973 publicó un documento que veía en el futuro la posibilidad de una comunicación directa entre el cerebro y el ordenador (Toward direct brain-computer communication).

    Hoy, las señales generadas por la actividad cerebral están siendo objeto de investigación en diversos sectores. Por ejemplo, ya se ha descubierto que picos rápidos de estas señales están asociados a la epilepsia, y ciertas olas pueden ser generadas por tumores o aún Alzheimer.

   Podemos ir más allá con las aplicaciones prácticas que permiten usar las señales generadas en ciertas condiciones, principalmente bajo control de la voluntad de la persona para el control de dispositivos.

    Un ejemplo está en el mecanismo que permite a una persona paralitica moverse con un sistema biónico (exo-esqueleto) que se demostró justamente en la apertura de la copa del mundo en Brasil en 2014.

     Los brazos robóticos, mousers y otros recursos ya existen totalmente controlados por la mente de personas que tienen limitaciones de movilidad.

    En abril del año pasado, por ejemplo, se realizó la primera carrera de drones controlados por el cerebro en la Florida (Brain Drone Race). En esta competición, las señales eléctricas generadas por los cerebros de los competidores se convirtieron en comandos para controlar a los drones en la competición.

     En el contexto actual de la tecnología, más un término viene a sumarse a los muchos con los que todavía nos estamos familiarizando como IoT, Wearable, Wi-Fi. Es el BCI - Brain Controlled Interface.

 

Imagen - Duke University (https://www.neuro.duke.edu/research/research-news/miguel-nicolelis-brain-brain-communication )
Imagen - Duke University (https://www.neuro.duke.edu/research/research-news/miguel-nicolelis-brain-brain-communication )

 

 

    Algunas empresas ya están creando aplicaciones muy interesantes, como la que se relaciona con la biometría en la que trabaja Lenovo.

   Se trata de un proceso de autenticación en el que su contraseña consiste en una señal generada por su cerebro. El proyecto se denomina "Brainwords".

    El gran problema de todo esto que puede llevarnos a una futura comunicación cerebro-cerebro (BBC-Brain-to-Brain Communication o telepatía, o aún BCI - Brain Computer Interface) si usamos los términos tradicional antiguo está en la decodificación de las señales que nuestro el cerebro genera cuando pensamos.

    Las señales resultantes de nuestra actividad cerebral, aun cuando estamos durmiendo, son extremadamente complejas. Los ritmos o pulsos que captamos cuando conectamos electrodos en un ECG son en realidad "ruidos" con formas de onda extremadamente complejas, donde la posibilidad de una decodificación es casi imposible.

   Pero como en ciencia y tecnología no existe lo imposible, quien sabe en el futuro, gradualmente podamos sacar informaciones más complejas de esas señales, como incluso su uso en la conversión a palabras o imágenes.

   Además, existe el problema de su alcance, ya que son extremadamente débiles y tienen que vencer la barrera del cráneo.

   Las ideas actuales para el futuro tratan de la posibilidad de usar cascos de interfaz que decodificarían esas señales y los transmitirían usando señales de mayor alcance.

   De la misma forma, podríamos captar estas señales por interfaces apropiadas transmitiendo al cerebro. La comunicación cerebral a cerebro estaría completa.

   Para los investigadores, le sugerimos visitar BCI Soency Home Page en: http://bcisociety.org.

   En un futuro (no muy lejano) habríamos implantado en nuestro cerebro un chip que lo haría.

Por supuesto, que esta nueva posibilidad de que nuestro cerebro directamente interfiriendo con el mundo pone en riesgo nuestra privacidad y nuestra seguridad, abriendo camino para la actividad ilegal como el "control de la voluntad" y todo lo que nos pone en peligro. Las leyes necesitarán ser revisadas para que todo eso nos proteja.

 

   Física cuántica

   No podríamos dejar de comentar en este contexto los nuevos descubrimientos de la física cuántica que pueden llevar a tecnologías aún más impactantes.

   Ya tratamos en artículos de esta sección de descubrimientos de nanoestructuras en las células nerviosas que estarían ligadas a funciones desconocidas como, por ejemplo, contactos a través de otras dimensiones del universo conocido.

    Muchos investigadores que estas estructuras explicarían fenómenos paranormales como la clarividencia e incluso la telepatía. Todavía hay mucho por descubrir, pero sería posible en un futuro imprevisible utilizar tales estructuras en la interfaz cerebro-a-cerebro o cerebro a computadora.

 

 

Olas cerebrales

    Nuestro sistema nervioso opera a partir de impulsos eléctricos. Las corrientes eléctricas circulan por nuestros nervios cuando estos transmiten impulsos hacia el cerebro o el cerebro a los órganos efectores. La complejidad del cerebro, y el propio desconocimiento de su estructura, nos impiden predecir exactamente qué frecuencias o qué tipos de señales podemos asociar a cada tipo de actividad. Sin embargo, las investigaciones revelan la existencia de algunos ritmos bien definidos, responsables por la aparición de corrientes eléctricas de intensidades y frecuencias en determinadas bandas y que pueden ser asociados a fenómenos biológicos importantes. A continuación damos una descripción de esos ritmos con sus principales características.

 

ALFA

Este ritmo produce impulsos de 10 a 100 uV de intensidad en una banda de frecuencias que va de 7 a 13 Hz. Podemos asociar el ritmo alfa a los estados de tranquilidad, relajación, ausencia de peso, etc.

   

THETA

Este ritmo genera señales cuyas intensidades están entre 50 a 200 uV en un rango de frecuencias de 3 a 7 Hz. Podemos asociar este ritmo a la duda, resolución de problemas difíciles, preocupación por el futuro, sueño acordado, etc.

 

DELTA

Para ese ritmo tenemos intensidades de 10 a 50 uV en un rango de frecuencias muy bajas, entre 0,2 y 3 Hz. Este ritmo está asociado al estado de sueño profundo, trance, etc.

 

BETA

El ritmo beta tiene señales cuyas intensidades están en el rango de 10 a 50 uV y las frecuencias entre 13 y 28 Hz. Podemos asociar este ritmo al estado de preocupación, miedo, atención, tensión, sorpresa, etc. También se detectaron signos de 0,01 a 0,1 uV en un rango de frecuencias muy altas, entre 50 MHz y 1 GHz y que son poco conocidas. Estas señales, por su rango de frecuencias, pueden dar lugar a ondas electromagnéticas de mayor penetración y que, con ello, pueden detectarse a cierta distancia del cerebro. La detección de las señales de frecuencias bajas normalmente se realiza por electrodos fijados en la cabeza del paciente. Las señales generadas pasan entonces por el medio líquido que existe entre el cerebro propiamente dicho y los electrodos, generando las corrientes que son detectadas por los aparatos. Los electroencefalógrafos (ECG) son ejemplos de aparatos que se pueden utilizar para registrar las señales de baja frecuencia. Ver más en el artículo sobre el tema en nuestra sección y Electrónica Paranormal.

 

 

 

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